viernes, 29 de febrero de 2008

Adiós!

Ella sabía que era el final. No tenía sentido seguir engañandose; ya había sufrido demasiado.
Primero rió, una profunda carcajada se escapo de su boca. Rió desaforadamente, su estómago ya no aguantaba más, su boca se contracturaba. Pero nada importaba, seguía riendo.
Luego cayó al suelo de rodillas. Se agarro el pecho y se quedo paralizada un instante.
De pronto sus alas se desprendieron por completo dejando en el aire miles de moléculas bailando con el viento.
Se terminó lo inevitable. Se despidió de este mundo.

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